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UN MUNDO FELIZ

Actualizado: 4 abr

Autor: Aldous Huxley.



Un mundo feliz es una novela de crítica social escrita por el británico Aldouls Huxley en 1931, publicada un año después. Es una de las distopias más leídas de la época contemporánea, con un estilo dinámico, pero sin perder la profundidad, presenta un mundo deshumanizado, donde los seres humanos son creados y alterados genéticamente en distintas categorías, además de estar sometidos psicológicamente a patrones rígidos o al consumo de pastillas (drogas) que limitan la expresión de la personalidad humana.


De esta forma, Huxley describe un mundo donde las personas son clasificadas de acuerdo a las capacidades que le corresponden según sus condiciones genéticas, teniendo un sistema de castas que van desde los “Alpha”, considerados ciudadanos de clase alta, llegando a ser los más inteligentes y desarrollados, pasando por los “Beta”, ciudadanos de clase media alta con menos privilegios que los Alpha pero con pocas limitaciones,siguiendo con los ciudadanos “Gamma” y “Delta” los cuales suelen ser obreros, para llegar finalmente a los ciudadanos “Epsilon”, ciudadanos con escasa inteligencia incapaces de revelarse, relegados a trabajos mecánicos casi denigrantes.


De este modo, la organización jerárquica entre grupos o castas crea un sistema arbitrario, donde cada persona es obligada a cumplir con el rol que se le ha asignado según su condición, generando un “estatus quo” casi imposible de alterar. Sin embargo, la paradoja, es que los habitantes de este mundo -producto de los condicionamientos psicológicos y el consumo de drogas- creen ser felices mediante el consumo de una pastilla llamada “soma”, suministrada desde el nacimiento, ignorando todo cuestionamiento sobre la propia identidad o libertad humana, sacrificando incluso los más altos valores que caracterizan al ser humano; el amor y la familia.


Así como se desestiman altos valores, tambien se desestima el conocimiento humanístico, el mundo descrito por Huxley es un mundo que no conoce la Historia o la literatura, pues el estudio de estas está prohibido por considerarlas ajenas al camino del desarrollo humano.


Las religiones tampoco tienen cabida, por el contrario, toda veneración y acatamiento de leyes se ha de dar a las elites empresariales, considerando a Henry Ford casi como un ente divino.


Escrito por: Editorial Solipsis

Editor de contenido: José Miguel L. Nieto


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